miércoles, 14 de octubre de 2015

Cultivos de alimentos han perdido 43.282 hectáreas en la Sabana de Bogotá

En base al enfoque o problematica que se quiere abordar en el proyecto de grado relacionado con los cultivos en la sabana de Bogotá, se presenta el siguiente articulo publicado en el Espectador donde se presenta la dura problematica existente en este campo.
Una investigación de la Corporación Cactus muestra porque han disminuido las tierras dedicadas a productos de pancoger y como esto a futuro generaría una escasez de alimentos.

Sólo el 8% de la tierra de la sabana de Bogotá se usa para cultivar alimentos, el resto se usa para ganadería, minería o se usa para viviendas. Así lo aseguró el estudio ’Más cemento, menos alimento’, de la Corporación Cactus. Los tres ejes de la investigación son: la producción de alimentos, el uso de la tierra y la propiedad.

La producción de alimentos
Cada vez se siembra menos en la sabana de Bogotá. La información recopilada indica que la producción de alimentos ha perdido 43.282 hectáreas en los últimos 50 años. Cultivos de trigo, cebada y maíz están en vía de extinción y ahora lo único que se cultiva es papa, que se siembra en zonas de páramo, donde está prohibido por la Corporación Autónoma Regional (CAR).
Uso de la tierra
El informe halló cuatro tendencias que amenazan el derecho a la alimentación en la Sabana. La praderización, es decir, la utilización de parcelas para que los animales se alimenten es la primera de ellas. Hay muchos lotes de engorde que podrían servir para cultivos, pero no es así.
La segunda tendencia identificada fue la ocupación de la floricultura en municipios como Madrid, la cual daña el suelo por los productos químicos que se usan para los cultivos, según el DANE, en la Sabana hay 525 fincas productoras de flores que ocupan un área total de 9.202 hectáreas, que se concentran en Madrid, Chía, El Rosal, Facatativá, Funza y Tocancipá. El suelo se vuelve poco productivo y nada se puede hacer con él.
La tercera es aún más preocupante: es el uso de la tierra para la minería. El ejemplo claro es el del humedal La Herrera, en el municipio de Mosquera, con la explotación de materiales para la construcción, que ha acabado con este valioso recurso natural,
Por último está el fenómeno de la urbanización de la Sabana, que se caracteriza por un crecimiento expandido, informal y a favor de las firmas constructoras y del capital financiero que han modificado los usos del suelo.
La propiedad de la tierra
A la anterior problemática se le suma que la mayor parte de la tierra pertenece a unos pocos, y los campesinos, quienes son la base de la seguridad alimentaria, no pueden acceder a ella por sus altos costos. La estadística catastral muestra una tendencia a la fragmentación de la tierra y un aumento desmesurado del precio de la tierra particularmente en zonas urbanizadas por las clases altas.
Para la Corporación Cactus, la solución está en tocar las fibras del modelo de desarrollo. En ese sentido, se deben limitar los crecimientos urbanos y destinar una tierra para la producción de alimentos, la cual sea de propiedad de la comunidad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario